lunes, 26 de enero de 2009

De Recuerdos y Certezas

Alguna vez escribí...

Y así fué que caminando por algún parque miré sobre mi hombro izquierdo y estaba ahí: Un cartel, en un árbol con una leyenda que me estremeció el corazón. A los pocos minutos el cielo se estremeció también y entonces la lluvia, mi amiga, comenzó a hacer de las suyas.

Por supuesto mi cámara, extensión de mi mano, iba conmigo en mi bolso...Tomé la foto. Seguí mi camino y la charla con mi amigo que compartió ese paseo sabatino, además de algún delicioso pan de elote casero que compramos en una esquinita (Sólo faltó el chocolate caliente). Avisos de tormenta varios, primero ése aire con aroma a tierra húmeda que me encanta, luego siguieron los relámpagos, después los truenos fuertes y decisivos, ésa tarde no era llamarada de petate, iba a llover y recio. No sólo llovió, granizó y mi amigo y yo empapados. Pero no corrimos, caminamos hasta donde nos esperaba aquél techo que albergaba ya a varias familias, algunos scouts y un par de enamorados.

La imagen del cartel seguía en mi mente mientras mirábamos los granizos rebotar juguetones en el piso...Pensé en alguna pareja madura mirándole también y siendo cómplices en una sonrisa al revivir aquellas notas de su juventud, las risas y el flirteo de nuevo palpables por sólo leer unas palabras...No sé, pero aunque no me gusta creer en la reencarnación, hay algo en mí que me transporta siempre al ayer y me hace sentir plena al respirar. Mi alma viaja y sabe de un amor, de una seguridad y del abrazo que tanto hablo. Imagino alguna tarde de lluvia donde alguien me abrazó y me protegió del frío. ¿Habrá sido un danzón el testigo?..¿Bailo danzón? Sí, un poquito ando aprendiendo. Bailo mejor el tango, que también me arranca suspiros y pone la piel de gallina...pero hay un danzón en el alma añeja que quiero rescatar y bailar de nuevo, busco las notas, pero llega una y se corta... como esos sueños que buscas traer de vuelta, cuando cierras los ojos, les aprietas con fuerza y es una mínima parte la que vuelve, quizá sólo un aroma, una hoja, un sentimiento...¿Dónde estás?

Se trata tan sólo de mirar atrás y sonreír... la vida nos lleva por caminos muy curiosos, el tiempo siempre nos dará la razón... La vida jamás para, siempre sigue y la tenemos ahí, aquí, ahora...