jueves, 30 de abril de 2009

Algo Diferente...

En ocasiones el alma pugna por salir, es un remolino de sentimientos que se aglomera y entonces toman forma de lágrimas distantes que en el calor que regalan a la mejilla, confiesan el cariño, y  la cercanía jamás perdida pese a los océanos y ubicaciones geográficas.

La angustia se agolpa en el pecho y el corazón late fuerte... así me siento sabiendo la situación que actualmente vive mi País, México. México, donde crecí, con sus colores, su gente, su música, su riqueza cultural, sus olores, sus sabores, el grito del mariachi y sobretodo, con mi gente. Los míos, que además de mi familia son todos mis amigos y colegas a quienes tengo lejos, y me desespera y frustra el no estar cerca y poder compartir el ímpetu de lucha para salir adelante.

Hay quienes dicen, ¿epidemia? ¿ó más bien estrategia política y económica? no lo sé, y cualquiera que sea la verdadera razón, no reduce los deseos que tengo de abrazar y consolar a mi madre que trabaja hasta fines de semana para atender pacientes, recibir a mi padre que llega rendido luego de toparse con un hospital abarrotado y todos los accesos controlados, de prepararle el desayuno y la comida a mis hermanos que están al pendiente y no de la situación, buscando distraerse con la tv por cable, sin olvidar las precauciones necesarias a seguir. La realidad es, que estar lejos de mi familia aunque ellos encuentren consuelo en saberme "a salvo", a mi me llena más bien de angustia, impotencia y miedo.

Tengo mucha Fe en que la situación mejorará, porque no es exclusiva de México, todos somos seres humanos y potenciales víctimas de cualquier amenaza biológica, pues todos habitamos en el mismo planeta. Por ello, confío que esta crisis, como otras, nos recuerde de lo que somos capaces como seres humanos, que nos sensibilice y solidarice.

Desde aquí, hablo de mi corazón, reciban un abrazo y todas mis bendiciones para ustedes y todos los suyos.