miércoles, 28 de noviembre de 2007

De la Llanura

Cual marca que borras, cual silencio que me das, la mirada y los cabellos, mi almohada y tu sueño frágil...

Los cristales cayeron, la pelota entró botando repetida y secamente sobre la madera...una, dos, tres...más cortos y más veloces, cuatro, cinco, seis...sieteochonuevediez...cada rebote una lágrima, un suspiro, una angustia, una nada ¿Ó un todo? Un instante que se siente como punzada y entonces el escalofrío...

Luz tenue que vive en las afueras y no es ahí dentro, esa realidad se ilumina de la fantasía del exterior y ¿Existe?...como aquella alegoría y el carro alado y el auriga y ¿Blanco ó negro?.

Olor a maderas viejas, libros amarillos de frágiles hojas, una silla que cruje y mi alma pervertida que se estrella contra una bóveda intangible pero dura e inquebrantable. Una araña que baja ágil por ese hilo decidida, se queda quieta, parece que me mira y sabe de las astillas...Pregunta.

Carcajada estruendosa que cual intruso amorfo abandona su destino de sonido y se convierte en punzocortante que rompe ese hímen perturbador, enajenante, tan frágil y yo...y los cristales en el piso, algunos polvos peligrosos que parecen inofensivos, pero míralos y crujen, sabes que crujen porque está en su naturaleza. Una brisa que acaricia el oído y parece que susurra e invita a mirar...De nuevo la ventana, ya rota; el marco sigue y algunos vidrios amenazan agudos... pero al otro lado la llanura de la verdad, misma que al final se moldea a conveniencia, pero hela ahí tan cierta, tan tangible como el escozor de la mañana y la comezón del piquete aquél...el riesgo está, pero más amplio es el espacio. Decisión. Silencio. Cicatriz. Vida.

lunes, 19 de noviembre de 2007

De mi Gran Amor

Cuando miro atràs me doy cuenta que he sido cobarde y mucho...durante tres años he negado la realidad que me envuelve y que me recuerda lo que pasò, casi siempre trato de hacer algo en esta fecha para entretenerme...Pese a que por las mañanas ya no me das la bendiciòn y no beso la señal de la cruz hecha con tu mano, pese a que ya no caliento la leche para prepararte tu cafè, pese a que ya no te discuto el por què no asisto los domingos a misa...Tù sigues aquì. Ayer hace tres años me dejaste y claro que te recordè...Estaba en Real del Monte pasando el fin de semana con mi hermanito, quien te recuerda casi como a un padre pues si no era yo, eras tù (casi siempre tù) quien iba por èl al colegio cuando màs pequeño, fuiste tù quien intentò brincar junto a los demàs padres de familia en un costal y te caìste, pero no importò, yo me sentì la màs orgullosa de todas las nietas, Cèsar tambièn fuè el màs orgulloso esa mañana. Ayer tambièn estaban conmigo dos de mis mejores amigos y la persona que hoy dìa me toma de la mano, me abraza y me besa la frente con cariño. ¿Sabes que no lo conversè? Lo mencionè por un instante durante la hora de la comida cuando èl fuè al tocador...no lo volvì a hacer. Pero a las 6 de la tarde, minutos antes de que se cumpliera la hora exacta para poder decir: Tres años ha..., mirè al cielo y te besè, besè tu recuerdo, besè la bendiciòn que significò tenerte en mi vida.

Hoy soy la mujer que soy gracias a tì. Tù me criaste, tù me enseñaste a ser amable, educada, generosa con los
que menos tienen. Còmo olvidar ese consejo que ya ansiaba escuchar divertida y a la vez enternecida, cada vez que me sentìa mal, daba lo mismo gripe, migraña, dolor de panza ò mera depresiòn: " Rèzate un Padre Nuestro y tòmate una aspirina" ¿Sabes què? Eso lo quiero decir a mis hijos y nietos si algùn dìa la vida me bendice con ellos, porque quizà la aspirina no cure todo y no todos crean en Dios como lo hacìas tù, pero el puro amor con que me lo decìas me hacìa sentir mejor. Hoy dìa me sigo persignando antes de tomarme las medicinas, como que lo enfatizo màs cuando se trata de una aspirina.

Me faltò compartir tanto contigo, preguntarte tantas cosas, abrazarte, besarte y decirte lo mucho que te amo esa mañana que fuè la ùltima que te vi...No sabes còmo reclamè a la vida por haber llegado tarde la noche anterior y no haber cenado juntos y tenerme que ir tan temprano ese dìa por la mañana, ni siquiera te hice de desayunar ni te dejè la comida hecha...Todo por el trabajo. NUNCA lo habìa hecho ¿Por què, POR QUÈ èse, ÈSE dìa? Sè que ya no hay vuelta atràs, y me tranquiliza saber que te fuiste sin dolor y acompañado por las personas con quienes tanto te gustaba estar, y haciendo lo que màs amabas hacer en vida. Èse dìa volvì a creer en Dios, todo daba la impresiòn de que ÈL habìa planeado todo para que te fueras asì, tranquilo y querido.

Hoy lloro por las noches cuando no me siento bien, cuando tengo dudas, cuando me pregunto si estoy haciendo las cosas bien...te hablo, te susurro, te beso Abuelito. Me sigues haciendo falta, antes te preguntaba cosas de la escuela, ya sabes, los nùmeros y detalles asì...Hoy te preguntarìa por mi futuro, profesiòn, por mi pareja. Te recuerdo compràndome las papitas con harta salsa Valentina a la salida de la escuela, mi Fanta en bolsita antes de subir al pesero, y jugando badmington conmigo a media calle ò en el zoològico por las tardes. Te recuerdo mirando el fùtbol y platicàndome de los grandes en tu tiempo, evaluando el desempeño de los actuales y riendo conmigo mientras miraba mis temporadas de "Friends" (Sì, MI ABue las veìa conmigo y reìa, riò mucho con un capìtulo donde Chandler y Joey pierden al hijo de Ross en un camiòn). Me diste amor, compresiòn, techo, esperanza, una visiòn positiva de la vida, creo que es por eso que la miro asì...mucha gente no lo comprende, pero hay màs que guerras, ambiciòn, deudas, bienes materiales, dinero, esatus y maldad. En una sonrisa existe la esperanza y en una mirada se ve el amor y la ternura infinitos que nos mantienen a flote. Recordar los tuyos me mantienen a bordo. Las hojas de los àrboles y las flores no serìan tan esplèndidos si no me hubieses enseñado a mirar y a entender que todo lo que nos rodea es un milagro.

Extraño pelear contigo porque decìas que te hacìa mucho de comer, extraño sentarme en la sala y platicar, comer nieve ò tunas bien frìas...Recordarte quièn es èse amigo que me llamò aquèl lunes por el que tanto escàndalo hice...años atràs tù le habìas completado con $20.00 para que llegara al lugar donde se estaba quedando en la ciudad...Pero yo entiendo. Entiendo que ya extrañabas mucho a mi Abuelita, cuando sacabas sus fotos y me platicabas de su boda, de la Luna de Miel, de las vacaciones en Acapulco, del nacimiento de mi Mamà y de mi Tìo...cuando siempre al final con los ojos vidriosos me decìas: "Extraño a mi Viejita". Por tì es que creo en el amor verdadero, infinito, en las historias màgicas, en el amor bonito. Y por eso mismo hoy vivo un poco màs tranquila, no me dejas de hacer falta, por eso te platico todas las noches. Pero sè que ya era demasiado para tì... Me gusta vivir con la ilusiòn de que hoy Mamacita y Tù estàn juntos y me miran, a veces me da pena porque no soy la mejor y no siempre me comporto bien, a veces soy malcriada, floja y cruel, bastante directa...por eso prefiero callarme, para no lastimar. Pero tambièn trato de ser como me enseñaste a ser, trato de compartir, de vivir, de dar alegrìas y algunas sorpresas. Quiero dejar una sonrisa en los demàs como me la dejaste tù.

Te amo Abuelito, y siempre te voy a amar. Quizà no te lo dije tanto como debì, como hoy quisiera gritarlo...Por eso, POR ESO digo cuànto quiero ò amo si asì lo siento, en cuanto lo siento. No me vuelve a pasar. Ninguna de las personas especiales en mi vida se van a ir (si se van antes que yo) sin saber cuànto les quise, y si yo me voy antes, tendràn la certeza de que fueron una luz, un color màs en mi arcoiris de cada dìa.

¡Gracias Abuelito!

Te ama,

Tu Nieta.

lunes, 5 de noviembre de 2007

De Más que una Fiesta de Madrugada

De nuevo a Tí, aunque jamás lo leas, quizá algún día...
Si no es que lo sabes ya...

No sé cómo decirte...No sé cómo mirarte ya, trato de contenerme y...Francamente temía que no llegaras, luego, me dijeron que siempre sí habías confirmado tu asistencia y yo con mi hermano clavando telarañas con alfileres en las paredes del patio donde ya antes habíamos pasado juntos buenos ratos.

Entrada ya la noche y yo pensando en que la música no me gustaba, mi tocaya vestida de Maléfica se acercó y sonriente me dijo: "Ya llegó tu galán" Volteé y te vi, no atiné a hacer nada salvo sonreír. Justo había platicado y bromeado con mi mejor amigo El Pirata y tu mejor amigo que iba ataviado a lo Star Wars, sobre que por mucho ibas a ir disfrazado de tu profesión si acaso tu humor ese día lo había permitido. Me sorprendiste y me diste una bonita alegría.

Te presenté a otra amiga quien cursó conmigo desde la primaria; ya te había platicado de ella y de su bebé. Después, la música a todo lo que daba y el ambiente repleto de esos ritmos a los que no les encuentras razón de ser, empero, te levantaste de la silla, extendiste tu mano hacia mí invitándome a la "Pista" yo asombradísima y por supuesto contentísima, son de ésas cosas que alientan y se aprecian más que una alhaja milenaria. Te movías al ritmo de la música intentándote acoplar al resto, aunque como siempre, muy a tu estilo y teniendo como constante los comentarios de "En verdad no entiendo estos ritmos" Pero ahí estabas, esforzándote por compartir conmigo esos momentos que sabes perfecto disfruto y mucho. Cuando tocaron "La Mayonesa" que ya sabes no resisto (Excepto aquella noche con tus Tíos, donde tuve que hacer acopio de valor y to-di-ta mi fuerza de voluntad para que las patitas no brincotearan y no se notara que no estaba escuchándolos del todo, sino intentando contener mi alma folclórica, mientras sonreía y asentía a los comentarios de tu Tía) de inmediato llegué a la parte media de la pista y aplaudiendo y: -Bate que bate, que bate chocolate- y al mirar a mi derecha tú con la cámara de mi Papá tomándome fotos.

La noche siguió y ya cansados nos sentamos, terminamos contando chistes junto con mi hermano, la hermana de mi tocaya, tu mejor amigo, Tú y Yo. Ya más tarde y pese a los gestos y berrinches de nuestra querida anfitriona (Toda una Vampiresa) partimos no sin antes de abordar tu auto, ser detenidos por mi amigo quien nos invitó a acercarnos a su vehículo. ¿La razón? Poner uno de esos ritmos que sí bailas y fue una de mis melodías preferidas la que sonó a todo volúmen...y así, de madrugada, a mitad de la calle, bailamos. Bailamos pese al frío, pese al asfalto desnivelado, bailamos de nuevo, porque hace ya tiempo que no lo hacíamos solo por bailar...

Y me quedé con eso, con el baile de calle iluminada por la luna, ante la mirada de mi amigo y de mi hermano, luego...tu abrazo y el beso en mi frente cuando llegamos a mi casa...igual que aquella ocasión en que te dije que eres algo de lo más bonito que tengo y que he tenido este año en que tanto lloré, lágrimas que ayudaste a secar y a cambiar por sonrisas e ilusiones y un baile y tu mirada...Gracias.