De Matices

Comenzó pintando el fondo, todo azul, después quizá algunos matices...no sentía ganas de mirar diferentes colores por ahora...Luego un árbol ó dos...¿animales? No. Sólo paisaje y el árbol sin mucho follaje.

Miró de cerca, luego de lejos, así decidió que habría un cambio. El follaje no debía ser espeso, las raíces dentro de la tierra sin sobresalir, ahora que lo pensaba, quizá una brisa juguetona movería las ramas...pero a la derecha, a la izquierda no, no le gusta porque es como una remembranza de los ayeres que ya no desea recordar.

El pasto fresco y corto, ¿Cómo iba a estar corto en un bosque? Pues quién sabe, así lo quería y así fue. ¿Más flora?, Bueno, ahora arbustos con florecillas color magenta. Conoció ese color cuando recibió de obsequio la caja de colores prismacolor de 120 pzas a los 8 años...recordaba el olor de los colores, la emoción de abrirla y después la de probar contra el papel del cuadernillo de dibujo la verdad de los colores que se miraban en cada punta perfectamente aguda. A veces era confirmar lo que esperaba...en otras desilusión, pero así son algunos colores, algunas veces son intensos e iluminan a la primera como mantequilla, en otras ocasiones hay que batallar y colorear y colorear y otra vez, hasta que la punta se truena ó el papel se rompe cansado de tanta refriega.

Pero este lienzo era diferente, casi mágico...porque de repente decidió que quería algunos rayos de sol y nubes, algunas nubes donde descansaran los colores del atardecer, donde saludaran y se adivinaran contentos, cálidos.

Después el follaje también debería ser partícipe de la nueva compañía y así algunas gotitas más de color por aquí, luego allá...ajá, así.

Le miró de lejos de nuevo y le gustó, pero algo faltaba...más sol, más cálido, más luz y sí. También algún caballo. Una sonrisa satisfecha y lo puso junto a donde había buena luz para que se viera con más color y vida, no sólo el cuadro, también su pieza y quizá también su existencia.

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Creo que así somos del diario...decidimos cómo iniciar el día, si le ponemos ó no color, si seguimos coloreando y si estamos dispuestos a mirar sorpresas, a encontrarlas, a saludarlas, a crearlas...

Es la teoría del color en nuestra vida, de los colores primarios podemos obtener tantas posibilidades, de la experiencia podemos aprender y forjar un mejor mañana, disfrutar más el presente, abrir bien los ojos y mirar esa sonrisa... tu sonrisa y ese suspiro preocupado por ese viaje que quizá no se lleve a cabo...el curso que quizá se pierda en abril, pero ¿Qué mas vendrá después? ¿Y mientras tanto? experiencias de colores contrastantes, armónicas, cálidas, frías, pastel, neutras, apagadas, moderadas, monocromáticas, policromáticas, frías...Vida. Otra vez y siempre...Gracias por dar color a cada uno de mis días con tus bromas (algunas guarras pero bueno), con tu ciencia, con tu abrazo y ese beso que me das siempre.

Gracias especiales a Dan Campos por dar color a mi viernes, sorpresa tras sorpresa, me hiciste llorar...no lo esperaba...te quiero mucho; me hiciste sonreír como pocas veces...tú también llegaste en un momento difícil de mi vida y sí, no te había dicho pero ya sé de tus visitas a posts antiguos a cada uno de ellos.